Construir una familia sana requiere trabajar en equipo, cada uno de los miembros debe aportar y apoyar al resto. Tarea que muchas veces se dificulta por las actividades cotidianas.
Además de heredar rasgos genéticos de nuestros padres, también aprendemos y compartimos muchas cosas en común como hábitos y estilos de vida que pueden impactar positiva o negativamente en la salud. Por ello es recomendable adoptar desde el hogar medidas y actividades que fomenten la salud familiar.
1. Alimentación
Empiece a comer sano. Una alimentación completa y balanceada es la base para mantener la salud. Debemos incluir macronutrientes y micronutrientes en nuestra dieta diaria. Los macronutrientes los encontramos en los carbohidratos, las grasas y proteínas y nos proporcionan nutrientes esenciales, indispensables para la construcción y el crecimiento de tejidos y órganos, la regulación de funciones internas y la generación de energía. Los micronutrientes intervienen en varias reacciones químicas de nuestro cuerpo e incluyen vitaminas y minerales que están presentes en frutas, verduras, aceites vegetales. Incluya agua en todas sus comidas.
2. Chequeos médicos de rutina
Son ideales cuando se trata de diagnosticar los primeros síntomas de enfermedades crónicas, actúan como una medida preventiva, pero también le ayudarán a ahorrar en costos de atención médica al tratar tempranamente los síntomas.
Acude a su médico para que pueda solicitarle los exámenes preventivos de acuerdo a su grupo etario.
3. Actividad física
El ejercicio es saludable en todas las etapas de la vida. Sus beneficios son varios, entre ellos mantener un peso saludable, fortalecer el sistema inmune, prevenir enfermedades cardiovasculares, fortalecimiento de los músculos e incluso mejora el estado de ánimo.
Se recomienda realizar actividad física regular, por lo menos 150 minutos a la semana. Las actividades que puede realizar en familia pueden ser paseos, natación, montar bicicleta entre otros más.
4. Tiempo en familia
Una familia que comparte, juega, cocina, hace ejercicios juntos permanece unida. Dedique un tiempo a escuchar a sus hijos, su pareja, sus padres, hermanos. Le ayudará a detectar tempranamente problemas de salud emocional, baja autoestima, y baja confianza, así como problemas de salud en general.
Creemos un ambiente saludable para nuestros hijos, prediquemos siendo el ejemplo.
La OMS recomienda por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para niños y adolescentes.
En consecuencia, se puede ir al gimnasio entre cuatro o cinco veces por semana dependiendo del tiempo y de los objetivos que se tengan, pero es fundamental tomarse un descanso, ya que algunas personas exceden las recomendaciones, no descansan y las consecuencias, según expertos y el portal Panorama Web, pueden ser “riesgo de lesiones musculares y fatiga; falta de reposición de los depósitos de glucógeno y reducción de la producción de glóbulos rojos; incremento del ritmo cardíaco y la presión arterial; abandono del ejercicio por cansancio y esfuerzo acumulado”.
Sin embargo, el ejercicio debe estar acompañado de un buen plan de alimentación que esté balanceado y de una buena hidratación, ya que el cuerpo antes de estar bien por fuera necesita estar bien por dentro, pero es importante consultar a un experto para que guíe el proceso, pues de acuerdo con la OMS, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.
Beneficios de hacer ejercicio
La actividad física regular puede mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio, mejorar la salud ósea y funcional, reducir el riesgo de hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer (entre ellos el cáncer de mama y el de colon) y depresión, reducir el riesgo de caídas, así como de fracturas de cadera o vertebrales y, ayuda a mantener un peso corporal saludable.
Entre las actividades físicas más comunes se destacan: caminar, montar en bicicleta o correr, todas ellas se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad y para disfrute de todos.